jueves, 26 de abril de 2012

cosas que pasan...


El sol esta perfecto para una tarde de otoño, todo parece estar en perfecta armonía… solo una cosa esta en desequilibrio con el universo y es el tiempo que llevo esperando el puto bondi!
No me molesta el hecho de “esperar”, si no que al no poseer un reproductor de música, ni un libro o un diario, me veo en la difícil tarea de “bancarme”.
Me resulta inevitable, al ver subir y bajar decenas de personas, los distintos y complejos destinos que podrían llegar a tener. Los veo correr, chocar, los veo encontrar, abrazar, besar, los veo charlar y charlar, y también… esperar…
Veo a dos tipos en el puesto de diario discutiendo el arbitraje del partido de la noche anterior, mientras una señora avanzada en edad pasa en medio de estos, toma un diario y se larga pasando totalmente desapercibida.
Veo a un pibe regresar del semáforo luego de haber corrido el mismo colectivo del que se había bajado… perece victorioso… y deliro miles de objetos que se pudo haber olvidado en el asiento y felizmente recupero…
Miro y trato de ver… más allá. Juego a entrar en todas y cada una de sus cabezas. Trato de captar el fuego en sus ojos, el ser humano me parece el animal peor formado, pero a la vez el más interesante. Comparo vidas, circunstancias, decisiones… marco con rojo las personas que aparentan soledades y con gris las que realmente están en soledad.
Y todas estas posibilidades, estos delirios, estas supersticiones  enredadas, estas ideas extrañas (¡escalofriantes!), ideas de colores, posibilidades al fin y al cabo. Se desvanecen en el aire al ver que el bendito 273… ¡dobla en la esquina!